Con el sol a la derecha

2 de noviembre de 2006 Tlapa de NoConfort, Guerrero, México,

5:00 p.m. (porque las horas son importantes)

 

A JGC

Te escribo con el sol a mi derecha. Y sin sentido.

¿Cómo se enamora uno en un día o dos?, ¿O en una semana?, ¿A qué hora llegaste a esa afirmación?, ¿Cómo te diste cuenta del amor?, ¿Cómo es que un día te metes en mi pantalla y me dices que me esperabas? que me amas! Ya no sé cómo llegamos a esta irrealidad. Más bien, no entiendo.

Hoy he tenido sobredosis. Las mismas canciones cada hora, Pedro Guerra por lo menos seis veces en una hora, agua y jugo de naranja cada minuto, tus palabras a segundos, tú todo el tiempo, ver la ventana cada que puedo. Decidí a mis veinticinco dejar todos mis vicios. Sabía que no tenía fuerza de voluntad. Aún no la tengo. Pero existe la magia y la razón. Solo me he quedado en el alcohol… poquito na’más, ¡cómo despreciar una cerveza madurada!. No lo dejaré por convicción, lo haré por mí, cuando se me convierta en necesario. Tú, mi sobredosis.

Abusé de ti. Te pienso ahora, te pensaré después. Me has dolido todo el día. No te soñé. Pero te pensé antes de dormirme y tu nombre amaneció en mis labios. Y el aire pasa dificultosamente por el nudo atravesado en mi garganta. Hoy no sonrío. Abuso de mí, de mi capacidad para hundirme en tristezas. Acepto el abuso de sentirme bien con esta amargura.

A pesar del Universo perdido, el saberte en algún lugar de mi Tierra me provoca felicidad, amo tus palabras, me divierten tus bromas, me diluyen tus besos sorpresa a la izquierda; existes, eres, estás allá, en la Ciudad Bonita, habremos cruzado las mismas calles seguramente, observado los mismos árboles, el mismo semáforo, esa casa rosa horrible de la esquina, bebido en la misma taza de ese café, tendremos conocidos comunes, ¿nos miramos alguna vez…? No esperé en vano… ahora seguiré encontrándote. Si alguna vez me confundí con el caos y los fractales, ahora sé que lo soy, por lo que también me aseguro de que se enrede más el cerebro… no voy a razonarlo más.

Salí con el sol a buscar mi conexión con la irrealidad. Luego me encuentro con las seis hojas de tus palabras. Las que desesperadamente leí la primera vez. Luego apacible muchas más. Se apretó el nudo.

Somos tan parecidos. Aterradoramente parecidos. El amor a las letras, el efecto de las palabras, la pasión por la noche, la ironía, lo emocionales, la angustia, la búsqueda, la desolación, el desamor, lo suicidas, el padre, la madre, esa que siempre tendrá la verdad en los labios para que la evitemos, así es el maní.

Casualidad o no, yo también odié a mi padre, y sí, quise que muriera, yo no podría matar a nadie, no concibo una razón para matar a nadie. Tanto, que me dolía mirarle. No le hablé por dos años y sigo en proceso de perdonarle. El no sabe porqué, jamás le dije, jamás sabrá el motivo de mi silencio y la incapacidad de verlo a la cara, de negarme a su abrazo y a su beso de padre, esos que adoraba cuando era niña, el sentarme en sus piernas, amarrarme a su cuerpo y no tener miedo del mundo, él estaba defendiéndome de todos. Es el hombre que ha logrado sacarme lágrimas con solo rozarme su voz.

Y no lo perdono por sentirme culpable, para perdonarme nada o porque soy buena persona o porque mi hermano me lo pidió o porque mi madre lo sufre con él y conmigo. Lo sigo perdonando por mí, porque no puedo odiar solo una parte de ese ser que tanto amé hasta la adolescencia y que está aquí adentro en esta inmadurez. Lo amo, poco o demasiado, a escondidas, de manera extraña, al modo mío. Se que me ama, como que le duelen mi comportamiento y mi silencio, le falta el beso y el abrazo, como me faltan los suyos. Tal vez pueda perdonarlo al fin, siento que falta poco, no olvidaré, sólo lo comprendo.

No debo decirlo, no debo decirte, pero imposible mentirme, inevitable que te lastime. Lo que me pasa con vos, me duele infinitamente. Y con tu lectura me asombra el saber que has sido infinitamente triste. ¡Que salga el sol! Nos encontramos… ahora sólo falta tu beso, que te abrace para llenar nuestra ausencia.

Te abrazo mientras te beso.

Corregido hoy, milenios después, en 3 de noviembre de 2018

 

PDTA: Los amores así se van tan pronto como llegaron. Nostalgia.